«Se ha dicho: “El que se divorcia de su esposa debe darle un certificado de divorcio”. Pero yo digo que, excepto en caso de inmoralidad sexual, todo el que se divorcia de su esposa la induce a cometer adulterio y el que se casa con la divorciada comete adulterio» (Mateo 5:31-32).
El divorcio, aunque es tabú, también es común en el mundo musulmán. Las mujeres especialmente enfrentan importantes dificultades y vergüenza social después de un divorcio. Mientras oramos mediante Mateo 5:31-32, reflexionemos sobre por qué Jesús condenó el enfoque casual sobre el divorcio en su época. Ora para que las personas en esta región lleguen a conocer la seguridad, protección y plenitud que provienen de un compromiso para toda la vida de amor y confianza en matrimonio.
«¡¿Te enteraste de Samia y Mahmoud?!». Los ojos de esta hermana se abren con verdadera lástima al enterarse de la separación de una pareja de creyentes que seguramente acabará en divorcio. Aunque Mahmoud había caminado con Jesús un largo tiempo y tenía un trabajo estable, su lucha con la adicción a las drogas era inquebrantable. «Ya no podemos seguir casados… tenemos muchos problemas y no sabemos cómo comunicarnos entre nosotros». El egoísmo y la mala comunicación son un problema HUMANO, que trasciende las culturas, no solo se limita al mundo árabe. Pero muchas prácticas culturales islámicas impactan hasta estos seres queridos que han sido hechos “nuevas criaturas“. Los conflictos maritales y la tasa de divorcio son altos, y la iglesia local a menudo sufre junto con sus miembros de la familia islámica y vecinos.
«No puedo olvidar lo que ella dijo», dijo Thawraya, entre llantos. «¿Cómo pudo hacer esto? La tratábamos como una hija, le dimos el departamento de arriba. ¡Le hemos dado todo lo que necesitaba! Sí, mi hijo grita, ¡pero ella también grita!». Ahora ya las lágrimas caían y se mezclaban con el sudor que chorreaba desde su velo ajustado. Estaba enojada y avergonzada. ¿Cómo pudo su nuera ser tan egoísta? No podía perdonarla, no podía olvidar las crueles palabras. «¿Por qué las chicas no pueden soportar pacientemente estos días?», musitó al recordar todas las mujeres heroicas de su juventud que eran golpeadas por sus maridos hasta quedar inconscientes, pero que se quedaban como debería hacer «una buena mujer».
Otra mujer huyó de las golpizas violentas de su esposo en la ciudad y llegó a su hogar rural con sus tres hijos, con algunos mechones de pelo menos que le había arrancado la noche anterior. «¿Por qué viniste huyendo aquí? Si pone pan en la mesa, ¿qué más puedes esperar?». Su madre se burlaba de su semblante magullado de pie en la entrada, recordando cómo ella misma había sido una novia a los 13 años…
Ora para que tanto la iglesia actual como la iglesia futura en esta región sean un lugar donde el matrimonio entre creyentes sea honrado, protegido y respaldado. Ora para que los matrimonios entre cónyuges creyentes y no creyentes perseveren en amor, gracia, humildad y el fruto del Espíritu. Que los cónyuges no creyentes sean atraídos a Cristo mediante sus vidas rectas. Ora para que los creyentes lean, crean y sigan las enseñanzas de la Biblia sobre el matrimonio, y que desplace la cultura. Ora para que los matrimonios en la iglesia sean imágenes de la relación de Cristo con su Iglesia para el mundo no creyente que está observando.
Ora por los lugares gubernamentales.
Ora para que los líderes escriban y apliquen leyes que protejan a las mujeres del divorcio y les den derechos que las protejan de los abusadores.
Ora para que los cristianos que temen perder a sus hijos si se divorcian de cónyuges musulmanes sean fortalecidos en su fe y no nieguen a Cristo.
Ora para que los legisladores valoren el matrimonio, busquen defenderlo cuando sea posible y protejan los derechos de las víctimas.
«Pero al principio de la creación Dios “los creó hombre y mujer”. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos llegarán a ser uno solo. Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre» (Marcos 10:6-9). Jesús, declaramos esta verdad para los matrimonios cristianos en esta área. También declaramos esta verdad sobre familias que se reunirán alrededor de la Palabra de Dios para descubrirla, compartirla y obedecerla. Al atraer a familias musulmanas a ti, Jesús, que el ejemplo de tu iglesia y las enseñanzas de tu Palabra confirmen el poder y la verdad de las Buenas Nuevas. Que produzca familias que se vuelven juntas a Cristo y que invitan a otras familias a seguirte también.
Utiliza estos recursos para ayudarte a orar cada día de forma específica.
«Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que cambian sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino solo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará» (Mateo 6:16-18).
Leer«Ustedes deben orar así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros ofensores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”. Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre perdonará a ustedes las suyas» (Mateo 6:9-15).
Leer«Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan» (Mateo 6:5-8).
Leer«Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así, su Padre que está en el cielo no les dará ninguna recompensa. Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa. Más bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará» (Mateo 6:1-4).
Leer«Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”. Pero yo digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en los cielos. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles? Por tanto, sean perfectos como su Padre celestial es perfecto» (Mateo 5:43-48).
Leer«Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero yo digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Si alguien te pone pleito para quitarte la capa, déjale también la camisa. Si alguien te obliga a llevarle la carga una milla, llévasela dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda» (Mateo 5:38-42).
Leer«También han oído que se dijo a sus antepasados: “No faltes a tu juramento, sino cumple con tus promesas al Señor”. Pero yo digo: No juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro. Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea no. Cualquier otra cosa que digan más allá de esto proviene del maligno» (Mateo 5:33-37).
Leer«Se ha dicho: “El que se divorcia de su esposa debe darle un certificado de divorcio”. Pero yo digo que, excepto en caso de inmoralidad sexual, todo el que se divorcia de su esposa la induce a cometer adulterio y el que se casa con la divorciada comete adulterio» (Mateo 5:31-32).
Leer«Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio”. Pero yo digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo y no que todo él vaya al infierno» (Mateo 5:27-30).
Leer«Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: “No mates”. También se les dijo que todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal. Pero yo digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Y cualquiera que le diga: “Insensato”, quedará sujeto al fuego del infierno. Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda. Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez, el juez al guardia y te echen en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo» (Mateo 5:21-26).
Leer«No piensen que he venido a anular la Ley o los Profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento. Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la Ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido. Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos. Porque les digo a ustedes que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere la de los fariseos y la de los maestros de la Ley» (Mateo 5:17-20).
Leer«Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una montaña no puede esconderse. Tampoco se enciende una lámpara para cubrirla con una vasija. Por el contrario, se pone en el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben a su Padre que está en los cielos» (Mateo 5:14-16).
Leer«Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo lo recobrará? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee» (Mateo 5:13).
Leer«Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes» (Mateo 5:11-12).
Leer«Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece» (Mateo 5:10).
Leer«Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios» (Mateo 5:9).
Leer«Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados» (Mateo 5:6).
Leer«Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia» (Mateo 5:5).
Leer«Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece» (Mateo 5:3).
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