«Ustedes deben orar así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros ofensores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”. Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre perdonará a ustedes las suyas» (Mateo 6:9-15).
En el islam, Dios tiene 99 nombres, tales como El Misericordioso, El Benefactor y la Fuente de Paz, pero ninguno de estos nombres es Amor. Padre Dios, que te revelas como Dios de amor a lo largo de la Biblia, por favor, revélate a los musulmanes en esta región con tu verdadera naturaleza.
Padre, qué regalo es ser llamados hijos tuyos. Que los creyentes en este lugar conozcan su identidad como tus amados hijos adoptivos y que digan tu nombre con amor reverente. Te pedimos corazones rendidos que oren con valor para que tu reino venga a esta tierra. Creemos que nos das lo que necesitamos. Que cada uno se levante a diario a recoger pan fresco, una nueva revelación del Espíritu. Que tus hijos sean conocidos como aquellos que perdonan y eligen el camino de vida porque han sido perdonados. Enseña a tu pueblo a orar y permanecer en tu presencia, escuchando, confiando y hablando contigo honestamente.
Orar es hablar con Dios, nuestro Padre celestial. Por favor, permite que los musulmanes vean que anhelas que ellos crean en Jesús y tengan el derecho de ser llamados hijos de Dios (Juan 1). Orar involucra rendición, saber que Dios es Dios y nosotros no. Que aquellos en este lugar se rindan y pidan que se haga tu voluntad. Cuando oramos, reconocemos nuestra dependencia de Dios y nuestra incapacidad de satisfacer o rescatarnos a nosotros mismos. Que la gente aquí vuelva sus ojos a ti y te pida el pan de cada día. La oración involucra arrepentimiento. Que los musulmanes se alejen de Mahoma, del islam, de su ego, de cualquier otro ídolo y se vuelvan a Dios mediante Jesús.
No es raro que los musulmanes que se vuelven a Cristo pierdan sus trabajos y su sistema de apoyo familiar. Oramos, Señor, para que todos los creyentes sean parte de una familia espiritual en crecimiento que busque suplir las necesidades del pan diario de cada uno.
También oramos para que más familias sean atraídas juntas a Cristo. Pedimos por hombres y mujeres de paz que guien a sus familias a leer y descubrir la verdad de la Biblia y que tomen decisiones conjuntas de seguir a Cristo y así disminuyan las posibilidades de que nuevos cristianos sean echados de sus casas y, al mismo tiempo, aumenta las posibilidades de convertirse en iglesias caseras. Oramos para que estas familias tengan infinidad de testimonios de la provisión de pan diario por parte de Dios.
Lugares educativos
Oramos para que venga el Reino de Dios, que se haga su voluntad en las guarderías en este lugar como en el cielo.
Ora para que el Reino de Dios venga, que se haga su voluntad en las aulas de escuela primaria y programas extraescolares hoy como en el cielo.
Ora para que venga el Reino de Dios, que se haga su voluntad en los lugares de reunión donde se juntan los alumnos de secundaria entre clases en este lugar como en el cielo.
Los Evangelios están llenos de advertencias claras de que brindar perdón es un resultado básico de recibir el perdón de Dios. Hoy, oramos y pedimos que los creyentes en este lugar reciban poder del Espíritu de Dios para perdonar a aquellos que los han herido en el pasado:
Utiliza estos recursos para ayudarte a orar cada día de forma específica.
«Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero yo digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Si alguien te pone pleito para quitarte la capa, déjale también la camisa. Si alguien te obliga a llevarle la carga una milla, llévasela dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda» (Mateo 5:38-42).
Leer«También han oído que se dijo a sus antepasados: “No faltes a tu juramento, sino cumple con tus promesas al Señor”. Pero yo digo: No juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro. Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea no. Cualquier otra cosa que digan más allá de esto proviene del maligno» (Mateo 5:33-37).
Leer«Se ha dicho: “El que se divorcia de su esposa debe darle un certificado de divorcio”. Pero yo digo que, excepto en caso de inmoralidad sexual, todo el que se divorcia de su esposa la induce a cometer adulterio y el que se casa con la divorciada comete adulterio» (Mateo 5:31-32).
Leer«Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio”. Pero yo digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo y no que todo él vaya al infierno» (Mateo 5:27-30).
Leer«Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: “No mates”. También se les dijo que todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal. Pero yo digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Y cualquiera que le diga: “Insensato”, quedará sujeto al fuego del infierno. Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda. Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez, el juez al guardia y te echen en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo» (Mateo 5:21-26).
Leer«No piensen que he venido a anular la Ley o los Profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento. Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la Ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido. Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos. Porque les digo a ustedes que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere la de los fariseos y la de los maestros de la Ley» (Mateo 5:17-20).
Leer«Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una montaña no puede esconderse. Tampoco se enciende una lámpara para cubrirla con una vasija. Por el contrario, se pone en el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben a su Padre que está en los cielos» (Mateo 5:14-16).
Leer«Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo lo recobrará? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee» (Mateo 5:13).
Leer«Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes» (Mateo 5:11-12).
Leer«Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece» (Mateo 5:10).
Leer«Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios» (Mateo 5:9).
Leer«Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados» (Mateo 5:6).
Leer«Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia» (Mateo 5:5).
Leer«Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece» (Mateo 5:3).
Leer