«Cuando Jesús terminó de decir estas cosas, las multitudes se asombraron de su enseñanza, porque enseñaba como quien tenía autoridad y no como los maestros de la Ley» (Mateo 7:28-29).
Oremos unánimes de corazón para que las multitudes de musulmanes en esta área lean las enseñanzas de Jesús por las que oramos este mes y se sorprendan. Ora para que reconozcan su autoridad en sus vidas y respondan con obediencia.
Yosri creció sin un padre la mayor parte de su vida. Sufrió abuso de niño y la falta de perdón había sembrado un profundo dolor en su corazón. Cuando se encontró con la enseñanza de Jesús sobre la autoridad en este sermón, especialmente su mandamiento de que una persona debe «amar a sus enemigos y orar por los que lo persiguen», Yosri se dio cuenta de que Jesús era el único camino a la vida verdadera. Él perdonó a su abusador y experimentó una profunda libertad. Nadie podía impedir que hablara con valentía de las Buenas Nuevas que había hallado. Ora por Yosri y creyentes como él que están aprendiendo a encontrar personas abiertas con quienes estudiar la Palabra de Dios mediante métodos como estudios bíblicos.
Espíritu Santo, por favor, sigue moviéndote alrededor de las personas de esta tierra. Revélate a ellos, Jesús. Permite que conozcan creyentes que enseñan obediencia a todo lo que Jesús mandó (Mateo 28:20). A medida que oyen las enseñanzas de Jesús, permite que las reciban con humildad y fe y lo sigan.
Juntos, Señor Jesús, oramos para que nosotros y tus hijos entre este pueblo nos sometamos con humildad a tu autoridad. Que la arrogancia de la educación o la inteligencia no aleje a la gente de rendirse a ti. Convence a tus hijos cuando comienzan a caminar en el pecado del primer Adán, de querer definir el bien y el mal y ser como Dios. Te pedimos que quites todo el orgullo y que tus hijos te obedezcan.
Lugares educativos
La autoridad y enseñanza de Jesús fue muy superior a todos los maestros de su época. Oramos para que los estudiantes en toda la sociedad en este lugar tengan la oportunidad de encontrarse con las enseñanzas de Jesús. Que puedan ver cuánto mejor es vivir una vida rendida a sus enseñanzas que a las de cualquier otro.
Oramos por los educadores y profesores que influencian a la siguiente generación para que se encuentren con el Cristo resucitado, pongan su esperanza en él y sean usados para llevar las Buenas Nuevas a las personas que los rodean.
Señor, levantamos juntos nuestras voces una vez más. Gracias por estos 31 días de oración por nuestros hermanos y hermanas en esta tierra. Hoy recordamos a nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo musulmán y declaramos las Buenas Noticias de que Cristo, y no el César, reina como Señor y gobernador del Cosmos. Que esta verdad se escuche en la Meca, el anuncio de que el ungido de Dios, Jesús, gobierna como Rey. Que se comparta en Bagdad y El Cairo que Cristo derrotó a la muerte y conquistó la tumba del exilio. Desde Libia a Túnez a Somalia y Sudán, de las islas de Indonesia a las montañas de Pakistán, de India a Irán, de los países del Golfo al Levante y a Turquía, a través de todas las ciudades, pueblos y villas de Afganistán, Yemen y Siria destrozadas por la guerra: que las buenas noticias de la gracia salvadora de Jesús, nuestro Señor, sean predicadas, difundidas, y encarnadas en el mundo por los seguidores de Jesús. Que hombres y mujeres, niños y familias enteras sean bautizados en la comunidad de santos, y sean llenos de la presencia y el poder de Dios mediante el Espíritu Santo. Y luego vendrá el fin. Por último, Señor, el Cordero de Dios recibirá toda la recompensa por su sufrimiento, por el mundo musulmán, para tu gloria y alabanza, nuestro Dios y Padre. Al fin, deja que tus hijos vengan corriendo a casa.
Amén. Amén.
Utiliza estos recursos para ayudarte a orar cada día de forma específica.
«Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que cambian sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino solo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará» (Mateo 6:16-18).
Leer«Ustedes deben orar así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros ofensores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”. Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre perdonará a ustedes las suyas» (Mateo 6:9-15).
Leer«Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan» (Mateo 6:5-8).
Leer«Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así, su Padre que está en el cielo no les dará ninguna recompensa. Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa. Más bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará» (Mateo 6:1-4).
Leer«Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”. Pero yo digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en los cielos. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles? Por tanto, sean perfectos como su Padre celestial es perfecto» (Mateo 5:43-48).
Leer«Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero yo digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Si alguien te pone pleito para quitarte la capa, déjale también la camisa. Si alguien te obliga a llevarle la carga una milla, llévasela dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda» (Mateo 5:38-42).
Leer«También han oído que se dijo a sus antepasados: “No faltes a tu juramento, sino cumple con tus promesas al Señor”. Pero yo digo: No juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro. Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea no. Cualquier otra cosa que digan más allá de esto proviene del maligno» (Mateo 5:33-37).
Leer«Se ha dicho: “El que se divorcia de su esposa debe darle un certificado de divorcio”. Pero yo digo que, excepto en caso de inmoralidad sexual, todo el que se divorcia de su esposa la induce a cometer adulterio y el que se casa con la divorciada comete adulterio» (Mateo 5:31-32).
Leer«Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio”. Pero yo digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo y no que todo él vaya al infierno» (Mateo 5:27-30).
Leer«Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: “No mates”. También se les dijo que todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal. Pero yo digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Y cualquiera que le diga: “Insensato”, quedará sujeto al fuego del infierno. Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda. Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez, el juez al guardia y te echen en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo» (Mateo 5:21-26).
Leer«No piensen que he venido a anular la Ley o los Profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento. Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la Ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido. Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos. Porque les digo a ustedes que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere la de los fariseos y la de los maestros de la Ley» (Mateo 5:17-20).
Leer«Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una montaña no puede esconderse. Tampoco se enciende una lámpara para cubrirla con una vasija. Por el contrario, se pone en el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben a su Padre que está en los cielos» (Mateo 5:14-16).
Leer«Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo lo recobrará? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee» (Mateo 5:13).
Leer«Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes» (Mateo 5:11-12).
Leer«Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece» (Mateo 5:10).
Leer«Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios» (Mateo 5:9).
Leer«Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados» (Mateo 5:6).
Leer«Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia» (Mateo 5:5).
Leer«Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece» (Mateo 5:3).
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